Los hábitos alimentarios saludables consisten principalmente en aportar sistemáticamente al organismo los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento, en cantidades y proporciones que correspondan a sus necesidades. Este tipo de ingredientes incluyen: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y macro y microelementos. No es fácil incluir todos estos ingredientes en la dieta, pero hace que la comida esté bien equilibrada. Para lograr su objetivo, es necesario introducir hábitos alimentarios saludables de forma gradual. 

Cabe destacar que la razón más importante por la que debemos introducir nuevos hábitos alimentarios es su impacto en nuestra salud. Cada comida que realizamos aporta al organismo nutrientes que repercuten directamente en su funcionamiento. Sin embargo, no es algo que sea visible de inmediato: los malos hábitos alimentarios que duran muchos años se acumulan y pueden volverse visibles incluso después de muchos años. Por eso vale la pena empezar a cuidar tu salud hoy: ¡tu cuerpo te lo agradecerá! 

Aquí te contamos algunos consejos a seguir para mejorar tus hábitos alimenticios: 

  • Regularidad en las comidas. 

Al consumir regularmente comidas equilibradas, nuestro cuerpo recibe la cantidad adecuada de energía que utiliza para realizar tareas y actividades. Entonces, los ingredientes nutricionales no se almacenan en forma de tejido graso. Cuando proporcionamos al cuerpo comidas irregulares, éste comienza a almacenarlas porque no está seguro de cuándo recibirá la siguiente ración. Al comer, trata de evitar las prisas, en su lugar disfruta de tu comida, porque tu cerebro puede tardar hasta 20 minutos en recibir la señal de que está lleno, por lo que, si cenas e inmediatamente después todavía sientes hambre y necesitas otra comida, espera hasta sentir saciedad. 

  • Limita el azúcar 

Muchas personas luchan contra la tentación que las empuja hacia el consumo excesivo de dulces, y cabe mencionar que se trata principalmente de calorías vacías, que en la mayoría de las ocasiones provienen de harina blanca, grasas hidrogenadas y simplemente azúcar. Sí, aportan energía, pero normalmente su exceso se deposita en el tejido graso, no aportándonos nutrientes. Un consumo excesivo de azúcares puede tener consecuencias en forma de graves trastornos metabólicos, problemas de caries y, lamentablemente, también un aumento de peso no deseado. El cambio de hábitos alimentarios en cuanto al consumo de azúcar debe ir encaminado a sustituirlos por fruta, y en situaciones en las que tenemos un deseo irresistible de dulce, un pedazo de chocolate negro debería salvarnos. También presta atención a la composición de los productos que utilizas. 

  • Bebe mucha agua 

Gracias al agua se pueden llevar a cabo muchos procesos que tienen lugar en nuestro cuerpo cada día. También es a través del agua que se produce la transferencia necesaria de nutrientes. Se estima que los adultos deberían beber entre 1,5 y 2,5 litros de agua al día, a lo que también se suma el agua contenida en los productos alimenticios, por ejemplo, las fresas tienen un 90% de agua y la mantequilla un 16%. Para que nuestro cuerpo funcione correctamente, conviene reponer sistemáticamente el agua que perdemos durante muchos procesos, por ejemplo, a través del sistema urinario. Perder incluso un 3% de agua en el cuerpo puede provocar mareos, dolores de cabeza, además de irritabilidad y fatiga. Estamos expuestos a una importante pérdida de agua durante el esfuerzo físico intenso, así como durante los días calurosos. Conviene aportar agua de forma regular y sistemática a lo largo del día. Un elemento importante para introducir hábitos saludables es también beber 1 o 2 vasos de agua antes de las comidas. 

  • Consume frutas y verduras  

Procurar elegir productos ecológicos y orgánicos que nos puedan aportar garantía de calidad y un complemento de muchos ingredientes nutricionales. El origen de los productos procedentes de la agricultura ecológica garantiza la ausencia de pesticidas o conservadores durante su maduración. Como sabes, se trata de productos más caros, pero su calidad habla favorablemente. En nuestra dieta suelen faltar frutas y verduras, y se estima que deberían incluirse en nuestro menú en una cantidad no inferior a 400g al día. Esto ayuda a mantener el equilibrio ácido-alcalino del cuerpo. Elige verduras crudas con más frecuencia, porque durante la cocción pueden perder muchos elementos valiosos que acaban en el agua. 

  • Cuidado con los productos procesados 

Comer productos procesados, comidas y comida rápida puede ser una solución más rápida que cocinar, pero este comportamiento ciertamente puede atribuirse a malos hábitos alimentarios. Estos productos contienen muchos potenciadores del sabor y aroma, conservantes, sal y grasas. Los alimentos procesados no pueden aportarnos los nutrientes que necesitamos. Si quieres comer sano, pero no tienes tiempo para cocinar, ya que este es un argumento que suele aparecer entre las personas que justifican su reticencia a comer sano, puedes acudir a cocinas económicas que tengan alimentos dietéticos. 

Recuerda también limitar la sal en tus comidas y centrar tu tiempo libre en la actividad física. Incluso una caminata de 30 minutos mejorará tu inmunidad, oxigenará tu cuerpo, te ayudará a concentrarte y aumentará tus niveles de endorfinas. 

Para cambiar los malos hábitos alimentarios, debemos prestar atención a lo que comemos todos los días, porque son nuestras decisiones y comportamientos diarios los que crean los hábitos que nos acompañan. Si quieres hacer un cambio, debes empezar a hacerlo de forma gradual y persistente, y acciones tan consistentes sin duda te traerán los resultados deseados. 

Con tu membresía familiar MedicallHome tienes acceso a los mejores nutriólogos para ti y tu familia, empieza a mejorar tu salud con planes alimenticios personalizados al mejor precio.  

¿Aun no tienes tu membresía? Adquiérela aquí: www.medicallhome.com.mx  

 

Escribir comentario