Existen muchos trastornos que pueden ocurrir en la niñez pero uno de los más comunes es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad abreviado TDAH, que se cataloga como trastorno del neurodesarrollo.

Todo el mundo conoce frases como «¡Quédate quieto!» o «¡Presta atención!». Los niños, en particular, saltan, no prestan atención y a veces actúan sin pensar. Hay adultos que también están inquietos o hablan mucho y esto no es inusual en absoluto. Pero si este comportamiento se sale de control y conduce a problemas graves, puede ser un signo de trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

Según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en México alrededor del 5% de los niños en edad escolar tienen TDAH. Sin embargo, existe un alto nivel de heterogeneidad clínica dentro de este grupo, con una variedad de síntomas graves y dificultades en el control del comportamiento.

Frecuencia y causa

El TDAH es una enfermedad mental que comienza en la infancia: aproximadamente de 5 de cada 100 niños en México se ven afectados por esta enfermedad.Los síntomas pueden disminuir con la edad, pero no todos desaparecen de cada 100 niños y adolescentes con hiperactividad, entre 50 y 80 tienen que lidiar con él cuando son adultos.

Hay muchas causas del TDAH. Sin embargo, aún no se comprende por completo cómo sucede esto. Algunos expertos piensan que las influencias del ambiente en el que se desarrollan y los factores hereditarios son las principales causas del trastorno.

¿Qué significa exactamente TDAH?

Las personas con trastorno por déficit de atención se destacan por su comportamiento y falta de atención que van mucho más allá de lo normal. Esto a menudo causa dificultades en la familia, la escuela o el trabajo. La enfermedad puede causar estrés a todos los involucrados, incluidos los afectados, padres, educadores y maestros.

Hay tres características principales:  

  • Falta de atención : Estos niños son más propensos a distraerse con facilidad, pierden rápidamente el interés por una actividad, suelen ser torpes o apenas pueden seguir las explicaciones.
  • Inquietud : Los niños afectados suelen tener problemas para permanecer en sus asientos. Entre otras cosas, esto puede hacer que simplemente se pongan de pie o incluso se suban a las mesas y sillas del salón de clases.
  • Impulsividad : Debido a su enfermedad, los niños suelen reaccionar de forma descontrolada y muy espontánea. Por ejemplo, responden una pregunta antes de que termine. Además, a menudo les resulta difícil esperar.

Los expertos solo hablan de TDAH cuando se cumplen criterios científicos. Debe aplicarse lo siguiente:  

  • Están presentes un número mínimo de signos de las áreas de inatención, inquietud e impulsividad. Estos duran al menos 6 meses.
  • Estos problemas empezaron antes de los 7 años.
  • Los signos aparecen en varias situaciones, como en casa, en la escuela o en el trabajo.
  • Los afectados sufren sus síntomas o se ven restringidos en la vida cotidiana como resultado.
  • No hay otras enfermedades mentales que expliquen este tipo de comportamiento. 

¿Cómo se diagnostica la hiperactividad?

Se puede iniciar por una práctica médica o psicoterapéutica. Primero hay una conversación en la que se trata, por ejemplo, de qué signos de TDAH se presentan y qué tan intensos han llegado a ser. Además, se analiza cómo es la vida familiar y si existen problemas escolares, otro factor es si existe algún otro problema de salud que el niño presente. Si los niños parecen afectados, los padres, maestros o terapeutas pueden brindar información importante. Por lo tanto, también es importante cuestionarlos.

Se añaden exploraciones físicas para descartar otras enfermedades. Los tests para medir la atención, por ejemplo, o los cuestionarios pueden aportar más información. 

¿Hay tratamiento?

Los expertos recomiendan un tratamiento que consta de varios componentes. Son importantes:  

  • Consejo:  Al principio, los afectados que serian principalmente los padres, los maestros y personas cercanas a los niños tienen que recibir información completa ya que al conocer la enfermedad se puede afrontarla de mejor manera.
  • Formación de padres, educadores o profesores:  Aquí se aprende a comprender a los niños y jóvenes afectados ya ayudarlos. Hay entrenamientos individuales y grupales.
  • Terapia conductual:  Aquí los afectados y sus familiares pueden aprender técnicas para controlar la conducta y así modificarla. Esto debería ayudar a afrontar mejor la vida cotidiana.
  • Medicamentos:  Si el diagnóstico es certero, se pueden usar bajo ciertas condiciones. Los chequeos regulares son importantes durante el tratamiento. El fármaco para el TDAH mas conocido es el metilfenidato . Es uno de los estimulantes y puede usarse como estimulante. Todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios, como pérdida de apetito, pérdida de peso, somnolencia o fluctuaciones en la presión arterial.  

Este tratamiento generalmente implica atención ambulatoria. Los procedimientos se basan en la gravedad de la enfermedad y la edad de la persona persona afectada. Se debe ofrecer  asesoramiento, capacitación y psicoterapia, sobre todo para niños pequeños menores de 6 años o aquellos con TDAH leve. Para TDAH grave, el tratamiento farmacológico es el centro del tratamiento.

Lo que puedes hacer tú mismo

  • Puede encontrar una práctica médica o psicoterapéutica.
  • Es posible que tenga inquietudes sobre un tratamiento propuesto o que esté considerando otros procedimientos. No tenga miedo de hablar con su equipo de tratamiento al respecto. 
  • En algunos casos, puede resultar útil evitar algunos  alimentos que contengan colorantes artificiales. Algunos alimentos, como la harina de trigo o las frutas cítricas, también pueden afectar los síntomas del TDAH. Un diario de alimentos puede ayudar a averiguarlo. Habla con tu médico para que te proporcione uno.
  • A menudo ayuda intercambiar ideas con otros enfermos o familiares en grupos de autoayuda. 

Se recomienda que los padres realicen la terapia conductual en sus hijos ya que así se logra una mejor eficiencia en el tratamiento. Esto se debe a que los padres comprenden mejor el comportamiento de su hijo y pueden proporcionar el tratamiento más coherente y eficaz.

Siempre es importante consultar con un especialista para que se hagan las pruebas necesarias para determinar si tu hijo es hiperactivo o solo es una fase. Recuerda que entre más rápido empieces a tratarlo los resultados serán mejores. 

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